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GIROS

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Los giros: una habilidad motriz básica en Educación Física

En el ámbito de la Educación Física, los giros se reconocen como una de las habilidades motrices básicas fundamentales, junto con los desplazamientos, los saltos y el control de objetos.

¿Qué son los giros?

Cualquier rotación total o parcial del cuerpo a través de los ejes imaginarios que lo atraviesan. Dicho de otro modo, supone una rotación del conjunto del cuerpo alrededor de uno (o más) de sus ejes corporales.

Cabe destacar que las definiciones modernas incluyen no solo vueltas completas, sino también rotaciones parciales; es decir, no es necesario girar 360° para que se considere que ha habido un “giro” en sentido motor.

Ahora bien, no deben confundirse con movimientos en los que solo gira una parte del cuerpo ni con vueltas alrededor de un punto externo, ya que en esos casos no se da una rotación del cuerpo entero sobre su propio eje. En el contexto educativo, se entiende por giro el movimiento global del cuerpo rotando sobre sí mismo.

Clasificación según el eje de rotación del giro

Una forma clásica de clasificarlos es atendiendo al eje corporal alrededor del cual se produce la rotación. En el cuerpo humano podemos considerar tres ejes principales, cada uno asociado a un tipo de giro básico:

Giro con eje longitudinal

El cuerpo gira alrededor de su eje vertical (cabeza-pies), realizando un movimiento en el plano transversal (horizontal).

Giro con eje longitudinal
Eje anteroposterior (sagital):

Eje anteroposterior (sagital):

El cuerpo gira alrededor del eje que lo atraviesa de adelante hacia atrás. El movimiento ocurre en el plano frontal, y corresponde a giros comúnmente llamados “ruedas laterales” o “medias lunas”. En estos giros, el cuerpo rota de lado apoyando sucesivamente las manos y los pies.

Eje lateral (transversal):

El cuerpo gira alrededor del eje horizontal que va de un lado al otro (izquierda-derecha). Se realiza una rotación en el plano sagital (plano que divide el cuerpo en izquierda y derecha). En estos casos, el cuerpo se enrolla sobre sí mismo pasando por la posición invertida.

Cabe señalar que estos ejes pueden combinarse o encadenarse en movimientos más complejos. Por ejemplo, en la gimnasia artística, un salto mortal con giro combina rotaciones sobre dos ejes a la vez. También podemos distinguir entre giros apoyados y en el aire o en suspensión. En contextos educativos iniciales, predominan los apoyados por ser más seguros, mientras que los giros en el aire se asocian a habilidades más avanzadas o deportes específicos.

Beneficios motrices de la práctica de los giros

Ofrecen múltiples beneficios desde el punto de vista del desarrollo motriz. Requieren un alto nivel de control postural y equilibrio, lo cual fortalece estas capacidades. También favorecen la coordinación dinámica general y mejoran el equilibrio gracias a la coordinación muscular y la adaptación constante durante el movimiento.

Además, estimulan los sentidos cinestésico y vestibular, ya que implican percibir y ajustar la posición del cuerpo en el espacio. Esto contribuye al desarrollo del esquema corporal y a una mejor percepción espacial, al reorganizar constantemente las referencias espaciales.

También tienen un componente lúdico y motivador, porque provocan sensaciones nuevas y divertidas. Este carácter, junto con el reto de controlar el mareo y el equilibrio, aumenta la confianza de los niños en sus habilidades. Finalmente, las exigencias posturales de los giros favorecen adaptaciones neuromusculares que mejoran la madurez motriz.

Evolución de la habilidad de giros en el desarrollo infantil

La capacidad de girar se inicia muy pronto y sigue una evolución clara durante la infancia. Incluso dentro del útero, el feto realiza movimientos de giro. Después del nacimiento, entre los 3 y 6 meses, muchos bebés comienzan a girar sobre sí mismos, coordinando varios grupos musculares por primera vez con un objetivo concreto. Durante los dos primeros años, los giros básicos se adquieren de forma natural a través de los constantes cambios posturales.

Entre los 3 y 6 años, en la etapa de educación infantil, los giros se vuelven más variados y complejos. Los niños experimentan con volteretas y acrobacias simples, como giros sobre el eje longitudinal (rodar) y transversal (volteretas). Sin embargo, las volteretas completas suelen aparecer hacia los 5 años, cuando el control corporal, las sensaciones cinestésicas y la percepción espacial están más desarrollados. Antes de ese momento, el intento de hacer una voltereta puede generar inseguridad o incluso riesgo de lesión.

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