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CONTROL DE OBJETOS

CONTROL DE OBJETOS


CONTROL DE OBJETOS
Alumnos jugando a diferentes juegos que requieren el control de objetos

El control de objetos es una habilidad motriz básica en la etapa de primaria.

Las habilidades motrices básicas (HMB) se consideran el vocabulario fundamental del movimiento humano, los pilares sobre los cuales se construyen habilidades motrices más complejas y especializadas. Dentro de estas habilidades básicas, una de las más importantes es el control de objetos, es decir, la capacidad de manipular y controlar objetos (a menudo pelotas) con el cuerpo.

El dominio de estas habilidades manipulativas es clave en la educación primaria, ya que se desarrollan especialmente entre los 4 y los 10 años, coincidiendo con la maduración neuromotriz de los niños y niñas. Un buen nivel de control de objetos permite a los alumnos participar con éxito en juegos y actividades deportivas con pelota, al mismo tiempo que les ayuda a afrontar retos motores de la vida diaria y a adaptarse a un entorno cambiante. Además, alcanzar competencia en estas destrezas básicas establece una base para futuras actividades físicas más complejas y fomenta la confianza y la motivación para mantenerse físicamente activos durante toda la vida.

El bote (botar la pelota)

El bote (botar la pelota)

El bote consiste en hacer rebotar repetidamente una pelota contra el suelo con las manos para mantener su control. Es la acción típica de driblar en deportes como el baloncesto: el niño impulsa la pelota hacia el suelo para que esta regrese y pueda volver a controlarla con la mano. Botar requiere coordinación óculo-manual y un buen sentido del ritmo, ya que es necesario sincronizar los movimientos de la mano con el rebote de la pelota.

¿Cómo mejorar el bote?

  • Practicar con situaciones variadas (bote estático, en movimiento, con una o dos manos, etc.) y ajustar progresivamente la dificultad (pelotas más grandes o más pequeñas, botes más altos o más bajos, circuitos con obstáculos, etc.).
  • Incluir juegos y ejercicios cercanos a situaciones reales de juego para que el niño aprenda a botar bajo condiciones similares a las de un partido.
  • Enfatizar una buena postura corporal: rodillas ligeramente flexionadas, mano relajada que acompaña el bote, y mirada al frente (no mirar constantemente la pelota) para desarrollar a la vez la visión periférica y el control.

Los lanzamientos (tirar o lanzar un objeto)

Los lanzamiento

Lanzar es proyectar un objeto lejos mediante un movimiento coordinado de todo el cuerpo, normalmente con los brazos o con un implemento (como una raqueta o un disco). Es una habilidad básica dentro del control de objetos y está presente en muchos juegos y deportes: pasar una pelota, hacer un tiro a canasta, lanzar un frisbee, etc.

Un buen lanzador utiliza todo el cuerpo: apoyo de los pies, rotación del tronco e impulso del brazo y la muñeca para dar fuerza y dirección. Hay lanzamientos que buscan distancia (como en atletismo) y otros que priorizan la precisión (como acertar a un blanco). A menudo es necesario combinar ambas, como en balonmano.

¿Cómo mejorar el lanzamiento?

  • Material adecuado: se debe adaptar el peso y el tamaño del objeto a las posibilidades de los niños. Objetos demasiado pesados pueden provocar malas posturas. Es mejor comenzar con materiales ligeros e incrementar progresivamente la dificultad.
  • Técnica antes que fuerza: a edades tempranas hay que priorizar una ejecución coordinada y eficiente, usando todo el cuerpo, antes que buscar distancia o velocidad.
  • Variedad y seguridad: introducir diferentes tipos de lanzamientos (con una o dos manos, por arriba o por debajo, a diferentes distancias) para adaptar la fuerza y el ángulo según la situación. Es importante garantizar espacios seguros y establecer normas claras para evitar accidentes, especialmente en actividades grupales.

Las recepciones (atrapar o recibir un objeto)

Recepcionar es interceptar y controlar un objeto en movimiento que se dirige hacia nosotros, como atrapar una pelota. Es una habilidad complementaria al lanzamiento.

Las recepciones

Una buena recepción implica percibir la trayectoria (velocidad, dirección, parábola), moverse para colocarse correctamente y adaptar las manos o los brazos para amortiguar el impacto y retener el objeto. Por ejemplo, hay que abrir los brazos, flexionar los codos y acompañar la pelota para evitar que rebote.

¿Cómo mejorar la recepción?

  • Trabajo previo de coordinación óculo-manual: hacer ejercicios para percibir trayectorias y sincronizar movimientos con lo que se ve (como atrapar pañuelos o reaccionar a pelotas sorpresa).
  • Progresión de dificultad: comenzar con objetos fáciles (globos, pelotas grandes y ligeras) y aumentar progresivamente la velocidad, distancia o imprevisibilidad.
  • Materiales blandos al principio: utilizar pelotas de material suave (espuma, tela, inflables) para evitar miedos y facilitar el aprendizaje.
  • Introducción progresiva al juego real: una vez dominada la recepción básica, practicar en parejas o en pequeños juegos de equipo para aplicar la habilidad en contextos más dinámicos, como en deportes colectivos.

Los golpeos (golpear la pelota con manos, pies o implementos)

Los golpeos

Golpear es impactar un objeto con una parte del cuerpo o un instrumento para enviarlo o desviarlo, sin retenerlo. Incluye acciones como un toque con la mano (voleibol), una patada con el pie (fútbol), o un golpe con raqueta, bate o stick. También cuentan acciones defensivas, como desvíos de porteros.

Es clave calcular bien la trayectoria, colocarse a tiempo e impactar en la zona adecuada del objeto. Por ejemplo, para elevar una pelota hay que golpearla por debajo; si se golpea en el centro, irá rasa.

¿Cómo mejorar el golpeo?

  • Diversificar los golpeos: ofrecer situaciones variadas (pelota detenida, en el aire, diferentes deportes) para aplicar el principio del golpeo con manos, pies o implementos y adaptarse a cada caso.
  • Materiales inofensivos al principio: comenzar con objetos blandos o ligeros para evitar miedo y centrarse en la técnica. Después, aumentar dificultad y velocidad con seguridad.
  • Reforzar la técnica: ayudar a los niños a identificar la zona de impacto y su efecto, comparando diferentes formas de golpear (por ejemplo, con dedos o antebrazo en vóley), para afinar progresivamente el control del golpe.

Las conducciones (dribbling y traslado continuo del objeto)

Conducir un objeto es desplazarlo controladamente mediante una serie de toques o golpes continuos, como en el dribbling. Ejemplos claros son llevar una pelota con los pies (fútbol) o con un stick (hockey).

Las conducciones

A diferencia de los lanzamientos o golpeos puntuales, en la conducción el objeto se mantiene bajo control casi constante. Es necesario coordinar movimientos y regular la fuerza para guiar el objeto sin perderlo de vista, aunque también observando el entorno.

¿Cómo mejorar la conducción?

  • Explorar diferentes formas: practicar conducciones con diversas pelotas y materiales, con y sin implementos, en circuitos rectos o con obstáculos, para adquirir una destreza global adaptable a distintas situaciones.
  • Trabajar percepción y anticipación: fomentar que el niño controle el objeto mientras observa el entorno (obstáculos, compañeros, trayectoria). Juegos con reacciones a señales o cambios de dirección ayudan a desarrollar esta habilidad.
  • Aumentar la dificultad progresivamente: comenzar con ejercicios sencillos y sin oposición, y añadir elementos como mayor velocidad, espacios reducidos o rivales. Situaciones cercanas al juego real (minipartidos, circuitos con objetivos) permiten aplicar la conducción bajo presión.