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El Pulpo: un juego divertido para aprender a orientarse y trabajar en equipo

09/14/2025

El Pulpo:
Grupo de alumnos/as jugando a El Pulpo: un juego divertido para aprender a orientarse y trabajar en equipo

El Pulpo es una propuesta de juego cooperativo pensada para las clases de Educación Física en primaria. En esta dinámica, el alumnado trabaja la orientación en el espacio, la comunicación oral clara y la cooperación entre compañeros. Lo más especial es que los niños y niñas experimentan cómo es moverse sin ver nada, ya que la mayoría del grupo lleva los ojos tapados con antifaces.

El reto es muy sencillo, pero a la vez estimulante: moverse juntos como si fueran un auténtico pulpo, sin perder el contacto entre ellos y sin pisar las líneas del suelo. Esto genera un ambiente divertido, seguro y lleno de aprendizajes.

Material necesario

Para poner en marcha El Pulpo necesitamos pocos recursos, todos fáciles de preparar en clase:

  • Antiface< opacos (5 por grupo).
  • Un espacio acotado y despejado, como el gimnasio o una pista con marcas visibles en el suelo. Si no hay líneas, se pueden pegar cintas adhesivas.
  • Conos u obstáculos ligeros, que solo se usan en la variante avanzada para aumentar la dificultad.
  • Una señal de “STOP”, que puede ser una palabra acordada por el grupo o un gesto del profesor, para detener el juego en cualquier momento.

Antes de empezar, conviene repasar unas normas básicas: caminar siempre a un ritmo tranquilo, usar un contacto respetuoso con los compañeros (tocando hombro o antebrazo), y seguir las instrucciones con atención. De este modo, toda la clase podrá disfrutar del juego con seguridad.

Organización del juego

  • La dinámica es muy clara: cada grupo estará formado por 6 jugadores.
  • Uno será la cabeza del pulpo, que no lleva antifaz y se encarga de guiar al resto con la voz.
  • Los otros cinco serán los tentáculos, que jugarán con los ojos tapados y deberán ir siempre en contacto con la cabeza.

El objetivo del equipo es desplazarse por el espacio sin perder la unión ni pisar las líneas marcadas en el suelo. Si un tentáculo se separa o alguien toca una línea, el pulpo completo vuelve al punto de salida y lo intenta de nuevo. Así se fomenta el trabajo en equipo y la paciencia.

Cómo jugar a El Pulpo paso a paso

– Activación y práctica inicial

Primero, toda la clase se coloca en círculo y acuerda un conjunto de palabras clave que usará durante la actividad: “para”, “paso”, “giro suave”, “lento”, “toca línea”.
Después, por parejas, se practica un mini-recorrido sin antifaz, solo siguiendo instrucciones orales. Esto sirve para que los alumnos entiendan la importancia de expresarse con claridad.

– Montaje del Pulpo:

Se forman los grupos de 6 jugadores y se reparten los antifaces. El profesor prepara un pequeño circuito sin obstáculos y recuerda las reglas.
Cada grupo ensaya movimientos básicos: salir, detenerse y girar, siempre a una velocidad lenta.

– Juego base:

A la señal, cada pulpo comienza a avanzar desde su línea de salida.
La cabeza guía con frases como: “tres pasos recto”, “giro a la derecha”, “alto”.
Si un tentáculo toca una línea o pierde contacto, todo el grupo regresa al inicio y repite el recorrido.
Cada 2–3 minutos se rota la cabeza para que todos los alumnos experimenten los dos roles.

– Reto progresivo:

Para aumentar la dificultad, se pueden estrechar los pasillos o introducir ligeros cambios de dirección.
El objetivo no es correr, sino hablar con precisión y mantener al equipo unido.

– Cierre y reflexión:

Al final, la clase se reúne para compartir impresiones. Se puede hacer una pequeña lluvia de ideas con preguntas como:

  • ¿Qué palabras funcionaron mejor?
  • ¿En qué momentos hubo dudas?
  • ¿Cómo podemos usar estas estrategias en otros juegos o situaciones?
Variantes de El Pulpo
Cuando la clase ya domina la dinámica básica, se pueden introducir diferentes variantes para darle más emoción al juego:
  • Con obstáculos: añadir conos u otros materiales que no se puedan tocar, o diseñar un recorrido con puertas de paso.

  • Crono cooperativo: medir el tiempo que tarda cada grupo en completar el recorrido sin errores. Solo mejora la marca si la comunicación es clara.

  • Dicción y segmentación: limitar las instrucciones a frases muy cortas, como “dos pasos”, “alto”, “giro”, lo que obliga a la cabeza a ordenar mejor sus consignas.

  • Eco de equipo: cada tentáculo repite en voz baja la orden que escucha, asegurando que el mensaje llega a todos.

Beneficios físicos en El Pulpo

La propuesta “El Pulpo” favorece una vivencia activa, lúdica y segura del movimiento, clave para consolidar hábitos saludables y mejorar el bienestar físico, social y emocional del alumnado. La coordinación entre compañeros, la comunicación clara y la autorregulación del esfuerzo fomentan autonomía, atención y confianza motriz. Además, el componente cooperativo y la gestión del riesgo percibido (moverse con antifaz y detenerse a tiempo) refuerzan la responsabilidad compartida y el clima de aula.

En referencia a las habilidades motrices básicas, esta actividad trabaja principalmente los desplazamientos —preferentemente la marcha, regulando ritmo y orientación espacial— y los giros para reorientar al grupo sin perder el contacto táctil. La clasificación de HMB sitúa los desplazamientos (incluida la carrera) como categoría específica, junto con giros, saltos y control de objetos; aquí, los más implicados son marcha y giro vertical suave, con microajustes posturales para mantener la unión del “pulpo” .

Respecto a las cualidades físicas básicas, predomina la resistencia aeróbica al caminar y sostener un esfuerzo continuo y moderado, priorizando economía del movimiento y control del ritmo . También interviene la velocidad en su vertiente de reacción/gestual para responder a consignas (“STOP”, “giro suave”) sin fatiga acumulada . La fuerza aparece como fuerza-resistencia e isométrica postural para estabilizar segmentos durante el avance en bloque, y la flexibilidad como movilidad articular funcional en los giros y cambios de dirección controlados .

Adaptaciones para alumnado con ceguera en el Pulpo

  • En el rold de “cabeza” un alumno/a del grupo jugarà sin antifaz para ayudarle con las indicaciones al compañero/a (Sistema de acompañamiento).
  • Usar llamada por la voz (manos a modo de megáfono, consignas rítmicas, correcciones “izquierda/derecha”) y palabra de seguridad “STOP”; anticipar la llegada y avisar antes de paredes/giros.
  • Líneas del suelo tactilizadas en los tramos críticos con cinta adhesiva y pequeño pliegue (no saturar todo el campo) (Adaptación del espacio).
  • Inmunidad del guía para poder proteger y regular el ritmo del grupo sin penalización; rotar la función de guía para implicar a todos.
  • Gradación de la tarea (igualar la diferencia): empezar con pasillos anchos y pocos giros; después estrechar o añadir cambios suaves solo si el grupo mantiene la unión. Introducir una ayuda cada vez y retirarla cuando sea posible.
  • Si se añaden obstáculos, que sean blandos, separados y anunciados por voz; priorizar el circuito base por líneas.

Adaptaciones para alumnado con baja visión en el Pulpo

  • Si asume el rol de “cabeza”, con apoyo del segundo (sin gafas) que ofrece indicaciones verbales/táctiles para orientar al grupo (Sistema de acompañamiento).
  • Marcar solo los tramos clave con cinta de alto contraste y pliegue táctil para detectar con pie/mano. Mantener un punto de voz estable (Adaptación del espacio).
  • Llamada por la voz y “STOP” como norma de seguridad; consignas breves y anticipaciones antes de giros/estrechamientos.
  • Empezar con pasillos anchos y pocos cambios de dirección; progresar a mayor precisión cuando se mantenga la unión del “pulpo”. Aplicar criterios de igualar la diferencia (una ayuda cada vez).
  • Rotación de guías dentro del equipo para repartir apoyos y responsabilidades.

Evaluación:

Rúbrica breve:

  1. Claridad de consignas (frases cortas, ordenadas, comprensibles).
  2. Cohesión (todo el grupo mantiene contacto estable).
  3. Seguridad (ritmo, paradas a tiempo, respeto de límites).
  4. Orientación espacial (anticipa giros, usa referencias simples).

Preguntas de cierre:

  • “¿Has necesitado ayuda cuando llevabas antifaz?”
  • “¿Cómo te sentiste al moverte solo con indicaciones orales?”
  • “¿Se puede hacer EF con discapacidad visual si organizamos apoyos concretos?” (once.es)
AJUSTES