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Las Aves Migratorias, un juego que dispara la cooperación, evita que se suelten y ordena la clase

10/22/2025

Las Aves Migratorias
Niños y niñas de educación primaria jugando en el patio de la escuela al juego de Las Aves Migratorias

Introducción:

Las Aves Migratorias es un juego cooperativo para Educación Primaria que transforma un desplazamiento sencillo en una misión de equipo: moverse como una bandada real sin soltarse, planificando rutas y comunicándose en todo momento.

Se recomienda para ciclos de Primaria como actividad inicial o núcleo de sesión, con una duración de 8–12 minutos y en pista o gimnasio (también puede adaptarse a patio amplio). La dinámica fomenta la orientación espacial, la toma de decisiones y el control postural a través de trayectos claros y seguros.

Cada “bandada” (grupo de 4) se desplaza unida hacia destinos señalizados (colores o puntos cardinales) y regresa, rotando el liderazgo en cada ronda para repartir responsabilidades.

Material:

  • Conos.
  • Señal acústica (silbato o música).
  • Opcional: cintas elásticas compartidas para facilitar el agarre.

Desarrollo del juego de las Aves Migratorias:

Las Aves Migratorias propone que cada grupo sea una bandada que viaja unida hacia un destino y vuelve al punto de partida sin perder la conexión física. La meta es priorizar la coordinación, comunicación y seguridad sobre la velocidad, consolidando normas de convivencia motriz.

– Objetivos:

  • Potenciar la cooperación y comunicación en pequeños grupos.
  • Desarrollar orientación espacial, toma de decisiones y escucha activa.
  • Mejorar el equilibrio dinámico, control postural y calidad de desplazamiento en grupo.
  • Reforzar el respeto a normas y la gestión segura del espacio compartido.

Reglas del juego de las Aves Migratorias.

– Organización del espacio y equipos:

  • Formar bandadas de 4 alumnos/as, cogidos de las manos en línea o rombo.
  • Delimitar un rectángulo de trabajo (pista/gimnasio): 20×10 m aprox. (óptimo 24×12 m). En espacios menores, crear un área ~8×6 m despejada.
  • Marcar líneas de salida (una por bandada) separadas 2–3 m.
  • Señalizar destinos en las 4 esquinas y/o en mitad de cada lado (N, S, E, O) con conos/carteles de colores contrastados.
  • Definir pasillos de circulación de 2 m para evitar cruces y una zona segura central (círculo Ø 3–4 m) para reagrupar.
  • Aforo orientativo: 1 bandada por cada 30–40 m². Con >6–8 bandadas, dividir pista y alternar tandas.
  • Fijar un sentido de circulación (p. ej., antihorario). Empezar con trayectos rectos y cortos y añadir zigzags cuando controlen la unión.

– Desarrollo:

  1. A la señal del docente, cada bandada se dirige unida al destino indicado (p. ej., “cono rojo” o “Este”) y regresa a su línea.
  2. Al soltarse alguien, el grupo se detiene, vuelve al último punto seguro (línea o zona central) y reanuda cogidos.
  3. En cada ronda, rota el liderazgo (quien guía la dirección) para repartir roles y decisiones.
  4. Priorizar calidad de movimiento y sincronía antes que la velocidad; avanzar con pasos cortos y mirada al frente.

– Normas y seguridad:

  • Agarre recomendado: por muñeca/antebrazo o con cinta elástica compartida, evitando tirones de dedos.
  • Mantener 2–3 m entre bandadas en salida y trayectos; ritmo progresivo.
  • Señal sonora siempre desde el mismo punto para referencia espacial.
  • Retirar obstáculos, señalizar columnas (radio 1 m) y asegurar suelo seco.
  • Ante tirones o choques: pausa inmediata y recordatorio: “Nos movemos juntos y nos cuidamos.”
Variantes
  • Clima cambiante: a la consigna “Tormenta” se agachan; “Viento” desplazamiento lateral; “Descanso” ritmo lento.

  • Rutas encadenadas: encadenar 2–3 destinos en orden (mini “itinerario migratorio”).

  • Zigzag inteligente: rodear conos intermedios sin romper la unión.

  • Bandada variable: grupos de 3 o 5 para ajustar dificultad y densidad.

  • Perseguidor simbólico: un “depredador” obliga a planificar rutas y usar la zona segura (solo cuando dominen normas).

  • Relevos cooperativos: llegar, tocar cono y regresar, siempre unidos; gana la bandada más coordinada (no la más rápida).

  • Sugerencia didáctica: integra brújula o puntos cardinales reales para reforzar la orientación espacial y geografía básica mientras se mantiene el foco motriz.
Las Aves Migratorias
Niños y niñas de educación primaria jugando en el patio de la escuela al juego de Las Aves Migratorias. En la imagen se puede observar a una alumna con baja visión participando en el juego de manera inclusiva con el resto de alumnos/as.

Beneficios del juego de las Aves Migratorias:

La actividad física en edades escolares refuerza la salud, la autorregulación y la convivencia motriz. Propuestas cooperativas, como las aves migratorias, que exigen atención compartida, ritmos moderados y toma de decisiones conjuntas, ayudan a consolidar hábitos activos y seguros, favorecen el bienestar emocional y mejoran la percepción del entorno. Además, movilizar al grupo con objetivos claros y reglas de cuidado mutuo potencia la autonomía, la responsabilidad y la calidad del movimiento.

En referencia a las habilidades motrices básicas, esta actividad trabaja los desplazamientos (incluida la carrera) al avanzar y regresar hacia destinos señalizados, manteniendo la unión del grupo; el alumnado ajusta la amplitud y la frecuencia de la zancada según la consigna y el espacio disponible. Los cambios de dirección en esquinas y retornos exigen realizar giros para reorientar a la “bandada”, cuidando la estabilidad corporal durante la rotación en torno al eje vertical y evitando pérdidas de contacto.

Respecto a las cualidades físicas básicas, predomina la resistencia aeróbica a intensidad moderada, regulada mediante progresiones y pausas adecuadas en Primaria. Se activa la velocidad de reacción ante señales acústicas y consignas, y de forma secundaria la velocidad de desplazamiento en tramos breves, siempre sin fatiga y con recuperaciones suficientes. La fuerza aparece como fuerza-resistencia postural y de tracción/empuje suave en formas jugadas, evitando la fuerza máxima, mientras que la flexibilidad opera como amplitud articular funcional en movilizaciones controladas.

Adaptaciones para alumnados/as con ceguera en las Aves Migratorias:

  • Para orientar en salidas, llegadas y frenadas (“vamos llegando”, “STOP” ante riesgo); la voz del docente en un punto fijo funciona como faro espacial (Adaptación del espacio).
  • Reconocimiento previo del espacio (perímetro, referencias, texturas) (Adaptación del espacio).
  • Línea táctil discreta en la salida/retorno (cinta con pliegue) solo si la necesita para ubicar el punto seguro con el pie (Adaptación del espacio).
  • Anticipaciones verbales del líder (“giro a la derecha”, “freno ahora”) durante el desplazamiento en bandada.

Adaptaciones para alumnados/as con baja visión en las Aves Migratorias:

  • Aumentar el contraste de destinos y referencias (conos/carteles que contrasten con el suelo: oscuro→conos amarillos; claro→conos negros) (Adaptación del material).
  • Llamada por la voz en los últimos metros de llegada al destino para ajustar el frenado con seguridad (Adaptación del espacio).
  • Reconocimiento guiado del espacio y punto de referencia estable (docente en lugar fijo) para orientar salidas y retornos (Adaptación del espacio).
  • Ayuda física solo cuando la solicite; el compañero guía ligeramente adelantado y vigilante de riesgos, para preservar la autonomía.
  • Separación clara de pasillos/filas e indicaciones de giro y frenado anunciadas por el líder para facilitar la toma de decisiones con resto visual (Adaptación del espacio).

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